Naud

Quizá no sea el momento. Tal vez faltan muchos ciclos que cerrar y susurros que escuchar para que los dos podamos entender. Pero no sólo los secretos pueden hablar y no voy a esperar a que nos revelen las cosas para expresarme, porque sin conocerlos y sin haberlos escuchado, yo ya empecé a sentir. 

No puedo decir que llegaste justo cuando más lo necesitaba o que eres lo que siempre había esperado, porque primero, pensé que ya no necesitaba ni quería que llegara algo más a mi vida, y segundo, ¿cómo podría haber esperado algo tan mágico? Más bien, sinceramente, nunca hubiera pensado que a mi vida entrara tanto poder. 

Siento como si fueras el rumbo que mi vida necesita. Si es exagerado decir que tú lo eres, al menos estoy segura de que ese norte lo tienes tú. Es como si nos complementáramos tanto que fuéramos los dos opuestos más afines. Sacaste a flote algo de mí que no conocía y que ahora me gusta. Me llenaste de nuevo aire, me haces sentir como nunca nadie lo hizo y me siento extraña escribiéndote cosas que nunca pensé decirte. Cuando te siento, toda mi energía circula y se renueva. 

Conocernos mejor. Es todo lo que ahora hace falta, lo que ahora más quiero. Y debo confesar que me da algo de temor pensar en lo que estuve a punto de hacer por mí misma, para encontrarte a ti. Y me da pena (nah) saber que lees ahora mismo este desnudo de mis sentimientos. 

Hasta que no te encuentre, seguiré ansiosa de saber qué se siente estar junto a ti. 

Cuando estás, me mantengo volando. 

Y cuando sea el momento de adversidad, colapsaré y me tendré que atener a las consecuencias de los malos actos, y esperaré que un susurro nos enseñe cómo perdonarnos.

Gracias por entrar en mi vida.

Literalmente.

..::Eve::..